En el corazón del Viena finisecular, en las mesas del emblemático Café Central, se reúne una constelación de las mentes más brillantes de Europa: escritores, psicólogos, filósofos, artistas y políticos exiliados. Es aquí, entre sorbos de café y rebanadas de torta, donde Mario Diament sitúa el escenario de su obra "Café Central", una pieza que nos sumerge de lleno en el preludio de las dos guerras mundiales. Las funciones son los sábados a las 20hs, y domingos a las 19hs, en El Tinglado, Mario Bravo 948, CABA.
Bajo la acertada dirección de Daniel Marcove, presenciamos cómo las historias de estos personajes se entrelazan a lo largo de dos jornadas, una en 1913 y otra en 1933, en un reflejo escalofriante de cómo la historia parece condenada a repetirse. La obra nos introduce en el apogeo de una nación que, irremediablemente, se encamina hacia el abismo del conflicto.
El vestuario de Daniela Taiana y la ambientación logran transportarnos a esa Viena refinada y efervescente, donde conviven la inteligencia local y un nutrido grupo de exiliados procedentes de toda Europa. Desde las mesas del Café Central, observamos cómo se fraguan las rivalidades y los egos, mientras los comensales —entre ellos, Sigmund Freud, Ludwig Wittgenstein y Trotsky— debaten acaloradamente los problemas que acechan al continente.
Sin embargo, la verdadera protagonista de la obra es la propia época, una época en la que la vida parece discurrir con elegancia dentro de los muros del café, mientras afuera se gestan los presagios de una tormenta que sacudirá al mundo. Es aquí donde radica la fuerza de "Café Central": en su capacidad de anticipar, con asombrosa actualidad, los eventos que habrán de marcar el siglo XX.
El texto de Diament nos sumerge en un viaje en el tiempo que nos invita a la reflexión. A medida que presenciamos las escenas, nos damos cuenta de que esos "momentos que anticipan lo que iría a pasar" no son ajenos a nuestra propia realidad. La obra se convierte así en una alerta sobre la peligrosa facilidad con la que podemos caer en la ceguera ante los signos de los tiempos.
El elenco, compuesto por Amanda Bond, Sebastián Dartayete, Mariano Engel, Beni Gentilini, Rocco Gioa, Alejo Mango, Lucas Matey, Gabriel Nicola, Toto Salinas, Nacho Stamati, Camila Truyol y Marcos Woisnki, brinda en general una interpretación memorable. Cada uno de ellos logra trazar con precisión los matices de sus personajes, desde la ingenuidad de quienes creen que Viena se salvará de la guerra hasta la angustia de aquellos que vislumbran el horror que se avecina.
Café Central es, en definitiva, una verdadera proeza teatral. Una obra que nos sacude con su poderosa evocación de un momento clave de la historia, pero que también nos interpela a reflexionar sobre nuestro propio presente. Porque, como bien dice Diament, "la historia se repite y nadie puede escapar al horror de las guerras y el autoritarismo".