En el vibrante escenario del Espacio Cultural La Fragua (Av. Rivadavia 4127. CABA), comienza una propuesta teatral relevante en el ámbito local: el “Primer Ciclo de Teatro Bien Político”, que abre sus puertas con cuatro funciones a lo largo del mes de marzo. Este ciclo tiene lugar cada domingo de marzo a las 18:00 hs, prometiendo una diversidad de obras que abordan temas fundamentales desde la perspectiva artística y social.
La propuesta teatral se presenta como un espacio crítico y reflexivo, donde el teatro no solo se ve como un entretenimiento, sino como un vehículo de transformación social, un hecho político que implica la identificación y construcción de un lenguaje común entre las audiencias. “Teatro: Bien Político” busca resaltar la importancia del fenómeno teatral como una herramienta que puede interpelar y desafiar las narrativas dominantes.
Las obras programadas son testimonios de realidades que, aunque particulares, conectan con experiencias colectivas. La inauguración del ciclo, el 9 de marzo, presenta "Un Mirlo (en mi novela se oirá un mirlo)", escrita y protagonizada por Julieta Grinspan. Esta pieza cuenta la historia de Rebeca, una mujer inmigrante que enfrenta la precariedad laboral en Buenos Aires a inicios del siglo XX. A través de su relato, se entrelazan las memorias de numerosas mujeres que, a lo largo de la historia, han vivido experiencias similares de desarraigo y lucha por la dignidad.
El drama de Rebeca es un espejo que refleja las dificultades que persisten en la actualidad. Su trayectoria demuestra que, aunque cada relato puede ser único, hay elementos comunes que nos unen como sociedad. La obra propone una reflexión sobre los desafíos del pasado y del presente, desafiando al espectador a hallar sus propias conexiones con la historia contada. La dirección de Cecilia Miserere, junto con una destacada actuación de Grinspan, promete una puesta en escena impactante.
La siguiente entrega del ciclo, “Doménico Enjuiciado”, se realiza el 16 de marzo y presenta la figura de un payaso anciano llamado Doménico, un personaje que busca reconciliarse con su pasado mientras lucha por su libertad frente a un sistema que lo juzga. Esteban Parola trae a la vida este homenaje al circo, donde el humor se convierte en estrategia de supervivencia en un ambiente hostil. Aquí, el teatro vuelve a revelarse como lugar de resistencia y voz de aquellos que son silenciados.
El mes se completa con “Los Golpes de Clara” el 23 de marzo, una comedia dramática que explora la violencia doméstica desde una perspectiva innovadora. La protagonista, Clara, decide que el boxeo será su herramienta para empoderarse y combatir no solo los golpes físicos, sino también los estigmas de género. A través de la comedia, la obra invita a cuestionar los estereotipos y las dinámicas de poder en la sociedad contemporánea, utilizando el humor como mecanismo de resiliencia.
Por último, el ciclo culmina el 30 de marzo con “Los días del Agua”, una obra que examina la búsqueda de identidad y la carga de la herencia familiar. A través de su protagonista, Laura, quien revisita sus recuerdos con ironía y agudeza, el espectador se enfrenta a una exploración poética de la memoria y la necesidad de crear significado en medio de la confusión del presente.
Este novedoso ciclo no solo se limita a presentar obras, sino que también busca generar un diálogo entre artistas y público. El 14 de marzo, se organiza una conversación entre los actores, donde el público puede profundizar sobre los temas tratados y la importancia de la práctica teatral en la actualidad. Esta interacción es parte integral del enfoque del ciclo, resaltando que el teatro es, en esencia, un acto comunitario.
El “Primer Ciclo de Teatro Bien Político” en La Fragua se erige como un faro que ilumina la necesidad de espacios donde el arte y la política se entrelazan. Con un enfoque que desafía las convenciones del sector, invita a las audiencias a unirse en la exploración de historias colectivas que resuenan en la vida cotidiana, recordándonos que el teatro es, de hecho, un bien político, capaz de transmitir resistencia y esperanza.
El colectivo que sostiene este ciclo demuestra que el teatro puede ser un punto de encuentro donde se desafían las narrativas hegemónicas y las experiencias compartidas encuentran su voz. Con una dirección de arte cuidadosa y dramaturgias que invitan a la reflexión, se establece un compromiso con la transformación social a través de la integración cultural, manteniendo la urgencia de hacer del teatro un espacio para la acción y la resistencia.
Las cuatro obras, con sus variadas temáticas, ofrecen al público no solo entretenimiento, sino también una oportunidad de reflexión y diálogo sobre los desafíos contemporáneos, fortaleciendo así la identidad cultural y política del espectador. La Fragua se convierte, sin duda, en un núcleo esencial para la vida cultural de la ciudad, acercando el teatro a la comunidad desde una mirada crítica y consciente.
Este ciclo promete no solo ser un escaparate de talento, sino un verdadero motor de cambio social, reafirmando que el teatro puede y debe ser una catapulta para la voz y la acción colectiva.