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Faro, un viaje aterrador hacia las profundidades del alma

"Faro" llega como un respiro fresco al género del terror con influencias del thriller psicológico. Esta coproducción argentino-española, dirigida por Ángeles Hernández, nos sumerge en un intrigante viaje emocional donde la oscuridad no solo se manifiesta en la penumbra, sino también en plena luz del día. 

La trama gira en torno a Lidia, una joven interpretada magistralmente por Zoé Arnao, quien se sume en una profunda depresión tras la trágica muerte de su madre. Su padre, Pablo, encarnado por el talentoso Hugo Silva, decide llevarla a una antigua casa familiar cerca de un faro en las Islas Baleares, un lugar que alguna vez fue testigo de momentos felices. 



Hernández, en su debut como directora en solitario, maneja con destreza las transiciones entre el thriller y el terror, entrelazando hábilmente elementos sobrenaturales con el drama familiar. A medida que Lidia se enfrenta a perturbadoras situaciones, tanto en la casa como en el pueblo, su angustia aumenta, y la línea entre realidad y fantasía se difumina. 

Si bien la película no logra generar un verdadero clima de miedo o suspenso, quizá debido al enfoque adolescente de la ambientación y la música, sí consigue transmitir con éxito los sentimientos de culpa, duelo y la compleja relación entre padre e hija. Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos más destacados de "Faro". Hugo Silva demuestra una vez más su versatilidad, transmitiendo con maestría el dolor interior y el misterio del pasado de su personaje. Pero es Zoé Arnao quien se roba el show, ofreciendo una interpretación desgarradora y cautivadora como una joven consumida por la tristeza y el trauma. 

La geografía y el entorno juegan un papel fundamental en la película. Las impresionantes localizaciones, como el faro y las costas de las Islas Baleares, aportan una atmósfera casi mágica y onírica. La fotografía de Gina Ferrer García merece un reconocimiento especial por su excelente manejo de la luz y los efectos visuales, creando imágenes de impacto que se quedan grabadas en la mente del espectador. 



En resumen, "Faro" es una propuesta audaz y refrescante dentro del género del terror. A pesar de que sus elementos dramáticos no siempre se entrelazan de manera fluida con el cine de género, la película logra mantenerse entretenida y cautivadora gracias a sus sólidas actuaciones, su impresionante aspecto artístico y la habilidad de Ángeles Hernández para explorar temas profundos como la depresión, el duelo y las relaciones familiares. 

Si bien puede no ser una obra maestra del terror, "Faro" demuestra que Hernández es una cineasta con un gran potencial y una voz singular que, sin duda, tendrá mucho más que contar en el futuro. Para los amantes del cine de género que buscan algo más que simples sustos, esta película ofrece una experiencia única y cautivadora que vale la pena disfrutar.