La ópera prima de Sam H. Freeman y Ng Choon Ping luce como un fascinante hallazgo en el nuevo cine británico. Su trama se convierte en minutos en un thriller de venganza que desafía las normas establecidas sobre sexualidad, masculinidad, patriarcado e identidad. Encabezada por George MacKay (1917, Capitán Fantástico…) y Nathan Stewart-Jarrett (Misfits, Candyman…), la historia sigue a Jules, una afamada artista drag en Londres, cuyo encuentro en un barrio del este desata una brutal golpiza por un grupo de hombres hipermasculinizados. Desde este punto, Freeman y Ping tejen un intrigante thriller "psicológico, retorcido y erótico" en esta atrapante producción, destacándose como una de las joyas recientes del cine inglés.
La vida y carrera de Jules se desmoronan tras un brutal ataque, llevándolo a una existencia donde solo encuentra consuelo en el juego de Street Fighter. Su destino toma un giro inesperado cuando, en una sauna gay, se encuentra con su agresor, Preston, quien oculta su orientación sexual. Aprovechando el desconocimiento de Preston, Jules inicia una estrategia de seducción y venganza. Este impactante filme desafía las normas establecidas sobre sexualidad, masculinidad, patriarcado e identidad. La ópera prima de los directores ha cosechado tres galardones en los British Independent Film Awards, incluyendo mejor dúo interpretativo para Nathan Stewart-Jarrett y George Mackay, así como reconocimientos en vestuario y maquillaje. Una película que no solo rompe esquemas, sino que también se destaca en la escena del cine independiente británico.
Esta película nace de un cortometraje que se desenvolvía en una sola noche, convirtiéndose en una manifestación de todo aquello que "nos aterroriza y enoja como homosexuales", según expresan Sam H. Freeman y Ng Choon Ping en las notas de dirección. Inspirados en experiencias personales y su incomodidad en entornos "agresivamente heterosexuales", la película explora el miedo emocional y, a veces, incluso físico, que surge de sentirse en peligro. Una obra cinematográfica que trasciende las pantallas al abordar temáticas personales, construyendo un relato poderoso en torno a la identidad y las tensiones que enfrentan los protagonistas en un mundo hostil.
"Femme" se destaca como una impresionante ópera prima que aborda la homofobia y la transfobia con agudeza a través de un thriller erótico. Las actuaciones soberbias de George MacKay y Nathan Stewart-Jarrett elevan este neo-noir de marcada personalidad, audazmente dirigido por los talentosos directores. Aunque no exento de imperfecciones, el film posiciona a estos debutantes en la mira para futuros proyectos. La trama, definida como una "historia de amor condenado", revela las intenciones de los directores de explorar la empatía hacia el dolor que impulsa la venganza y el autodesprecio que motiva la homofobia. Este film se erige como una envolvente narrativa de venganza que se niega a ofrecer respuestas simples a inquietantes preguntas sobre sexualidad, identidad de género y masculinidad tóxica.