Desde el 11 de enero se puede disfrutar en salas nacionales de "Instinto Maternal (Mothers’ Instinct)", un thriller de época dirigido por el francés Benoît Delhomme en su debut como director, que nuclea a Anne Hathaway y Jessica Chastain en la gran pantalla. Esta película está basada en la cinta belga "Duelles" de 2018, a su vez adaptación de la novela Derrière la haine de Barbara Abel (2012), que lejos resultaba mas efectiva que la actual.
Un film de suspenso intimista, pequeño, con pocos personajes y una trama simple, similar a eso de los años ’50 y ’60 bajo la increíble dirección de cineastas como Alfred Hitchcock. En un escenario que nos transporta a los vibrantes años 60′, el film se centra en la relación de "Alice y Celine". Aquí, Chastain y Hathaway dan vida a esas dos mujeres, vecinas y amigas, cuyas existencias aparentemente perfectas se desmoronan tras un trágico incidente que afecta al hijo de una de ellas.
La película nos sumerge en un torbellino de emociones donde la culpa, la sospecha y la paranoia tejen una red que desgarra la sólida amistad entre las protagonistas. Hathaway encarna magistralmente a Celine, cuya oscuridad se despliega de manera previsible pero con una fuerza brutal. Por su parte, Chastain nos cautiva con su interpretación de Alice, quien se ve consumida por la sensación de culpabilidad y el temor a las repercusiones de la tragedia en su relación con su vecina.
La tensión se intensifica cuando los intentos de reconciliación entre las familias fracasan, dejando a los espectadores inmersos en un mar de incertidumbre. La dirección de la película juega con nuestras percepciones, sembrando dudas sobre los verdaderos motivos detrás de las acciones de Celine, especialmente cuando comienza a acercarse de manera inquietante al hijo de Alice. El guion, hábilmente elaborado, nos lleva a cuestionar la estabilidad mental de los personajes, alimentando la intriga sobre si los eventos son reales o simplemente fruto de la imaginación de Alice, quien ya ha enfrentado problemas de índole psicológica en el pasado.
"Instinto Maternal" despliega un drama que evoluciona con maestría hacia la incomodidad, la inquietud y finalmente el suspenso puro. Delhomme, reconocido director de fotografía, navega con elegancia a través de los dos primeros tercios del relato, sembrando pistas y posibilidades que confunden al espectador. Sin embargo, la película revela su truco en un momento determinado, tornándose más simple y un tanto burda, alejándose de la oscuridad sugerida para adentrarse en un territorio excesivo y descontextualizado.
Con dos actrices de renombre como protagonistas, el filme evoca el suspenso clásico, aunque sufre de simplificaciones en la trama y la puesta en escena. Lo más destacable reside en la atmósfera inquietante que envuelve la primera mitad, donde la incertidumbre domina y Alice se debate entre acercarse o alejarse de Celine, entre ayudarla o mantenerse al margen.
La película captura magistralmente la angustia compartida y el conflicto interno de Alice, cuestionando si su actitud es egoísta o natural. A pesar de perder frescura y originalidad hacia su desenlace, "Instinto Maternal" logra impactar a algunos espectadores con su desenlace brutal, evidenciando la complejidad de las relaciones humanas y las decisiones difíciles que surgen en situaciones límite.