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Pinocchio de Guillermo del Toro, entre lo trágico y lo mágico

La nueva versión del niño de madera luce muy estética, pero tan creativa como siniestra,  alejada del universo infantil

Ha llegado a la gran pantalla la tan esperada versión de un clásico cuento. Donde un niño de madera quiere convertirse en un niño y un hijo de verdad. Llamada simplemente Pinocchio, esta nueva adaptación es una versión alejada de lo que mayormente se conoce. Este proyecto firmado por Guillermo del Toro, presenta una historia animada con un toque de fantasía y musical. Pero sellada por el dolor y el trauma, ya que está enmarcada en la Italia fascista. Cuenta con un guion del propio director junto a Patrick McHale y con voces en la versión en inglés de  Gregory Mann, David Bradley, Tilda Swinton, Ewan McGregor y Christoph Waltz. Hoy en cines, y desde el 9 de diciembre también disponible en Netflix.

De increíble belleza fotográfica la pelicula goza de una exquisita y artesanal animación con la técnica stop-motion, gracias a la mano de su co-director Mark Gustafson. Sorprenden los efectos visuales logrados con escenas debajo del agua, el brillo de vivaces lenguas de fuego y las lágrimas que dejan corren ciertos personajes. Un film con una historia de amor y pena, no creado ni dirigido realmente para el público infantil. Ya que tiene condimentos bastante oscuros como la tragedia y el terror, aunque equilibrado con algo de comedia y fantasía. De hecho,  la escena de cuando el muñeco de madera se convierte en humano, más que alegrar al espectador lo hará saltar de su butaca. Ya que está al límite de lo espeluznante. 

La versión goza de mucha originalidad, ya trasladar este amor de un padre y su hijo tan deseado al medio de la segunda guerra mundial es un gran condimento. Todo pequeño drama que se vio en otras versiones aquí está elevado. Este Geppetto cuando se lo ve sufrir es desgarrador. Con una mixtura entre enojo y llanto, y quizá en eso peca de oscura la pelicula. Tiene muchas escenas para marcar el mal ambiente fascista reinante de la época, como una constante crítica mordaz a la guerra.



Lo malo de ser humano

 Contradiciendo los mensajes hasta ahora visto en otras versiones. Aquí Pinocho es un niño rebelde y pícaro, que ama a su padre. Pero que durante toda esta cruda trama, aprenderá con mucho dolor lo más negativo de ser humano. Es un personaje que escapa bastante a lo ingenuo, ya que tiene ciertas vetas de egoísmo y negativas emociones. La historia es fuerte porque a diferencia del clásico cuento infantil,  no se centra en la inquietud de convertirse en  humano o hacerse responsable. Sino que en temas más filosóficos como la moralidad, la pérdida de los seres queridos y la mortalidad. Aquí la meta final es otra, comprender la complejidad del mundo y de los seres humanos que lo habitan, y cómo se puede de igual manera sobrevivir después de todo.  No se puede negar que hay un toque de encanto. Ya que como siempre Del Toro no puede escapar de su pasión por las criaturas mágicas, que aquí dan el presente. Y aunque a primera vista pueden resultar espantosas, suman belleza y algo maravilloso a la historia central.


Visualmente apabullante 

Los personajes son muy llamativos, son algo siniestros y están basados en los del cuento original. Las aventuras de Pinocho del autor italiano Carlo Collodi, aquella obra publicada en un diario de 1882, en donde el personaje principal debía sobrevivir a un mundo hostil. Pero estéticamente están inspirados en las ilustraciones de Gris Grimly, ese genial artista norteamericano, que les suma ese aspecto más tenebroso. El film más allá de contar con una voces geniales de actores conocidos, que suman mucha emoción en cada dialogo y canción. Lo que no deja de sorprender es la belleza de su fotografia, y las escenografías logradas con inimaginables detalles. Más la gama de colores usada, y las formas dinámicas que dan vida a estos cuerpos inanimados. Es una lista infinita de elementos puntillosos que dan un resultado increíble y demuestra la gran capacidad creativa de del Toro para reinventar una historia tan conocida. Y además sumarle su propio sello para concebir algo tan original. No sería raro que compita en los próximos Premios Oscars. Debería ser candidata a la mejor película, y no sólo resignarse al rubro de animación, ya que es la mejor versión en la historia de este cuento.