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Todos somos extraños (All of Us Strangers), pura emocional entre el pasado y el presente

Searchlight Pictures prepara el estreno del film "Todos somos extraños" para este próximo 29 de febrero. Dirigido por Andrew Haigh y protagonizada por los eficaces actores irlandeses Andrew Scott y Paul Mescal, cuenta la historia de una pareja que se enfrenta a la realidad de la soledad y la pérdida. Con una fotografía impactante de Jamie D. Ramsay, un diseño de producción impresionante de Sarah Finlay y un diseño de vestuario y maquillaje inmejorable de Sarah Blenkinsop y Zoe Clare Brown, respectivamente, la película es una verdadera joya visual. La pareja protagonista es una de las más sexys y tristes que se habrán visto en la gran pantalla este año. 

Basada en la novela de 1987, “Strangers” de Taichi Yamada, la película es una verdadera propuesta emocional que no se deben perder aquellos fans del drama romántico con un poco de misterio más la introspección emocional. Su historia presenta a dos vecinos ingleses queer en Londres que se enfrentan a sus propios remordimientos y fantasías íntimas. 



Esta versión evita algunos de los elementos de terror de la historia (que fueron un enfoque importante de la adaptación cinematográfica de 1988 de Nobuhiko Obayashi, “The Discarnates”). Aunque se basa en una historia de fantasmas, esta nueva adaptación se aleja del terror para centrarse en la introspección. Explora cómo los recuerdos y el duelo aún afectan a Adam décadas después de la muerte de sus padres. El director transforma el significado de la fuente, investigando la lucha de Adam por escribir sobre su familia y el poder que ejercen el dolor y la melancolía sobre él.

Como en un viaje nostálgico a la Inglaterra suburbana, Adam recorre los paisajes de su juventud, revisitando los escenarios de su pasado en una pequeña ciudad inglesa. En este regreso se hace amigo de una joven pareja, interpretada con soltura por Jamie Bell y Claire Foy, cuyo comportamiento excéntrico hacia él se convierte en un consuelo inesperado. Con planos sinuosos y una trama que juega con los recuerdos, Haigh logra una película que despierta la curiosidad del espectador por descubrir los secretos del pasado de Adam, quien regresa a su hogar en Londres después de una ausencia prolongada y se encuentra con un mundo que parece igual de extraño que el que dejó atrás. En su nuevo complejo de apartamentos, su único vecino es Harry, un joven misterioso que inicialmente rechaza sus coqueteos borrachos, pero que eventualmente permite que entre en su vida.



A medida que Adam se divide entre su nuevo novio y las visiones espectrales de su infancia, se ve obligado a enfrentar el pasado mientras imagina una versión del presente que no podría ser. Así el director utiliza la imaginación de Adam como una herramienta para explorar la línea fina y trágica que separa el recuerdo de la realidad, y cómo las experiencias del pasado pueden influir en nuestra percepción del presente. Esta nueva adaptación aprovecha la oportunidad para invertir la dinámica de la pareja heterosexual original y reemplazarla con dos personajes queer. Esto permite que se explore la evolución de la sociedad moderna y la historia gay durante períodos difíciles, como la crisis del SIDA, a través de intercambios interpersonales fascinantes.

La película es una reflexión poética y emocionalmente intensa sobre la extrañeza, la memoria y la identidad. A través de la imaginación de Adam, el film es como un viaje que nos hace reflexionar sobre cómo las experiencias del pasado pueden influir en nuestra percepción del presente y cómo la imaginación puede ayudarnos a superar la realidad. Y a elección más calculada se encuentra en el elenco, con Andrew Scott, enfrentado a Paul Mescal. Su talento y química son tan sólidos que te sumerges de inmediato en su delicado romance, que se desarrolla paralelamente a las cada vez más vulnerables visitas de los personajes a la casa de la infancia de Adam.



En resumen, Todos somos extraños (All of Us Strangers), sin caer en manipulaciones emocionales baratas, logra genuinas lágrimas y proporciona una experiencia auténtica y catártica. La película ofrece un viaje personal y doloroso a través del tiempo que destaca por su autenticidad y profundidad emocional.