Por un lado, tenemos la ciencia ficción, ese género esquivo para el teatro under argentino. Por otro, el eterno conflicto familiar que tanto conocemos en nuestras tablas. En "Luxus IA", la obra del dramaturgo Ezequiel Sagasti que ya va por su segunda temporada en el Teatro Piccolino (Fitz Roy 2056, CABA), estos mundos convergen de manera sorprendente, dando vida a una distopía tan cercana que incomoda.
La propuesta nos sumerge en un futuro donde los Luxus -humanoides indistinguibles de los humanos- conviven con una sociedad que los teme y los necesita a partes iguales. En el centro de esta trama, encontramos a Eva, una adolescente que se enamora de Terra, un Luxus, desafiando los prejuicios de su familia antiluxus y poniendo en riesgo un oscuro secreto familiar que mantiene con vida a su madre enferma.
La puesta en escena logra construir un mundo futurista sin caer en los lugares comunes del género. La escenografía, minimalista pero efectiva, junto con un trabajo de iluminación que crea atmósferas precisas, nos transporta a esta realidad alternativa sin necesidad de grandilocuencia. Los falsos hologramas y la voz en off de Micaela Vázquez como Kaia, una inteligencia artificial omnipresente, terminan de redondear el ambiente distópico.
El elenco, conformado por Benjamín Segura, Josefina Isla Casares, Bianca Lizzano, Alejandra Oroz, Daniel Porfiri y Maite Sarasola, demuestra una cohesión notable. Sus interpretaciones, ancladas en un realismo emotivo, logran que olvidemos por momentos que estamos ante una obra de ciencia ficción. Los conflictos que atraviesan -el amor prohibido, la pérdida, el miedo al otro- resuenan con una universalidad que trasciende el género.
Sagasti, como dramaturgo y director, construye una metáfora potente sobre la creación del "otro" en la sociedad. Los Luxus funcionan como un espejo de nuestros propios prejuicios y miedos actuales. ¿Qué nos hace verdaderamente humanos? ¿Es el amor una experiencia exclusivamente humana? Son preguntas que la obra plantea sin caer en respuestas fáciles.
La música original de Simón Bosio acompaña con sutileza los momentos más intensos, mientras que el diseño de vestuario, con sus toques futuristas en detalles como los anteojos negros, complementa la estética sin sobrecargarla.
Lo más destacable de "Luxus IA" es cómo logra equilibrar el drama familiar con la ciencia ficción. No es una obra sobre robots que imitan humanos, sino sobre humanos enfrentando sus propios prejuicios y miedos en un contexto que, aunque futurista, refleja nuestras propias tensiones sociales actuales.
Si bien el teatro independiente argentino nos tiene acostumbrados a propuestas arriesgadas, pocas veces vemos una obra de ciencia ficción ejecutada con tanta solvencia. "Luxus IA" demuestra que el género puede ser una herramienta poderosa para explorar conflictos contemporáneos desde nuevas perspectivas.
La obra, que se presenta los sábados a las 20:30hs, en el Teatro Piccolino (Fitz Roy 2056, CABA), es una bocanada de aire fresco en la cartelera porteña. En tiempos donde la inteligencia artificial deja de ser ciencia ficción para convertirse en realidad cotidiana, "Luxus IA" nos ofrece un espejo donde reflejarnos y, tal vez, reconocernos en aquello que más tememos.
Es una propuesta que merece ser vista, no solo por su originalidad en el panorama teatral actual, sino por su capacidad de generar debate y reflexión sobre temas urgentes de nuestra época, mientras nos mantiene emocionalmente involucrados de principio a fin.